Un superviviente tanto del terremoto de 2011 que asoló Japón como de la desaparición del Premio Lunar XPrize de Google sin un ganador declarado, es una tecnología lista para volar diseñada para construir un asentamiento lunar permanente. La compañía llamada ispace acaba de recibir 90 millones de dólares en financiación inicial. Eso es más de $30 millones que la cantidad que SpaceX recibió en su oferta inicial.
El núcleo de la tecnología ispace está construido alrededor de un sistema de módulo de aterrizaje y rover diseñado durante el período previo al XPrize Lunar. El rover pesa apenas 3.75 kilogramos (8.3 libras) y se describe como un insecto acoplado a un tanque. El cuerpo es de fibra de carbono. Sus ruedas parecen molinos de agua. A bordo, tiene cuatro cámaras que le dan una visión de 360 grados. Una cámara separada busca los peligros y ayuda a gobernar. El diseño es flexible para albergar una variedad de paquetes de instrumentación y servir múltiples funciones.
Ispace se centra en un proyecto que ha denominado Valle de la Luna, el primer asentamiento humano planificado para la Luna. Para hacerlo realidad, ispace planea varias misiones, comenzando con un proyecto de exploración de la superficie lunar, seguido por la construcción de una plataforma de servicios de información y transporte, un mecanismo para cosechar el agua de los polos lunares, y luego la construcción final de un hábitat lunar modular. Diez misiones diferentes se encuentran en fase de planificación, la primera comenzará en 2019 y se completará el asentamiento lunar a mediados de la década de 2020.
La salsa secreta en ispace, afirma la compañía, es su habilidad para desarrollar vehículos de aterrizaje y vehículos móviles baratos, pequeños y ligeros. El rover será uno de los más pequeños en recorrer una superficie fuera de la Tierra, incluso más pequeño que el Sojourner, el primer rover Marciano construido por el Laboratorio de Propulsión a Chorro en Pasadena. El rover será diseñado para comunicarse con una flota de otros rovers para coordinar el trabajo y la exploración. ispace tiene la intención de crear una variedad de estos rovers con algunos capaces de atravesar terrenos muy difíciles llevando herramientas a bordo, incluyendo perforadoras, y una variedad de brazos robóticos.
Para que el Valle de la Luna sea una realidad, ispace tiene la intención de seguir estos pasos:
- las misiones iniciales adquirirán información ambiental sobre la superficie lunar y determinarán las mejores ubicaciones para una futura base lunar
- los robots construirán un centro de transporte y comunicación como tarea prioritaria
- posteriormente comenzarán a extraer los recursos lunares necesarios para los hábitats humanos
- y finalmente, desarrollarán sistemas de soporte de vida humana capaces de mantener una colonia
El centro de transporte y telecomunicaciones será la base de una creciente comunidad de robots terrestres y rovers con nuevas generaciones de estas creaciones autónomas más capaces que la última tanto en la función de trabajo como en la duración de la misión. El resultado final, una base lunar construida para los futuros colonos humanos, en su lugar a mediados de la década de 2020 y hecho relativamente barato.