Hoy por hoy, la tecnología se encuentra presente en cada uno de los aspectos de nuestra vida. Y por tecnología, nos referimos a los nuevos avances de esta última década.
Smartphones, internet móvil, smarwatches, wifi en todos los sitios imaginables, etc. Como dije, presente en cada uno de los aspectos.
Esto trae grandes ventajas, pero también lleva consigo una segunda cuestión que es la que vamos a analizar en este artículo: La seguridad y la privacidad de los datos personales.
Si se van a crear una nueva cuenta en algún sitio de internet o si ya las tienen (como es más probable), les recomiendo que revisen sus contraseñas. Incluso si la contraseña que tienen es la más difícil de descifrar del mundo, es importante que la cambien cada tanto.
Eso es lo que recomiendan los propios servicios como Outlook, y no lo dicen sólo por decir algo. Conozco muchas personas que han sido vulneradas por piratas informáticos que acceden a contenidos que no les son propios.
La privacidad de los datos es algo importante porque uno en sus cuentas personales, principalmente en los correos electrónicos, comparte información que puede ser utilizada de mala manera por un tercero. Por ejemplo, datos de la tarjeta de crédito o información personal.
Entonces, si la contraseña que tienen es el nombre de su pareja, lo primero que tienen que hacer es iniciar sesión en esa cuenta y cambiar la contraseña por una mucho más segura, ya que ese tipo de contraseñas son predecibles y fáciles de saltear para los piratas informáticos.
Se los digo porque tener una contraseña así no sirve de nada, y lo más probable es que alguien ya haya accedido a su cuenta.
Claro que si tienen una contraseña fácil, pero en el correo solamente tienen mails de promociones, entonces quizá no les importe mucho la seguridad de su cuenta. Todo depende de qué es lo que guardan en los correos y de qué es lo que puede llegar a hacer una persona cualquier con dicha información en sus manos.
Pero, por las dudas, mejor tener una password segura.
Entendemos como contraseña segura a toda aquella clave que cuente con letras en minúscula y mayúscula, cuente con números, y también con caracteres especiales.
Además, la contraseña no debe estar formada por frases, nombres, números de identidad o de teléfonos, ni ningún otro dato que pueda ser legible.
Lo ideal, es que una contraseña segura esté formada por una serie de caracteres aleatorios que no tengan relación entre sí y que cuente como mínimo con 8 caracteres de longitud.
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